Adaptado por Alzheimer’s Disease International (ADI), en colaboración con ClikiSalud – Fundación Carlos Slim
Basado en un artículo original de Isabel Margot-Cattin y Sophie Nadia Gaber publicado en el Informe Mundial del Alzheimer 2022 de ADI.
Salir de casa y seguir participando en la comunidad es una parte muy importante de la vida cotidiana. Para muchas personas con demencia, ir a la plaza, al mercado, a la iglesia, a una reunión social o simplemente caminar por el barrio les da independencia, alegría y sentido de pertenencia.
Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza, esta participación puede volverse difícil. Algunas personas sienten miedo de perderse, se incomodan en lugares con mucha gente o ruido, o dejan de ir a actividades por temor a ser juzgadas o no comprendidas. Con el tiempo, esto puede llevar a que se aíslen y se sientan solos.
Mantener la participación en la comunidad ofrece muchos beneficios: ayuda a prevenir la depresión, reduce la ansiedad, fomenta la identidad personal y crea oportunidades para relacionarse con otros. También fortalece la conexión con el entorno y la sensación de pertenencia.
Aunque los espacios fuera del hogar pueden presentar riesgos, es posible adaptarlos. Pequeños cambios, como acompañar a la persona en sus recorridos, elegir lugares familiares y tranquilos, o planificar las salidas en horarios menos concurridos, pueden marcar una gran diferencia.
La participación comunitaria no siempre significa grandes salidas. Actividades simples como visitar el parque del barrio, saludar a los vecinos o ir a la tienda local también son formas valiosas de mantenerse conectado.
Vivir con demencia no significa dejar de ser parte de la comunidad. Con apoyo y comprensión, las personas pueden seguir disfrutando de la vida fuera del hogar y mantener su sentido de autonomía y pertenencia.