El dolor ocular agudo puede ser repentino o gradual, y variar desde una molestia leve hasta sensaciones intensas, como punzadas, ardor o palpitaciones. Aunque las causas menores, como el ojo seco o la presencia de residuos, suelen ser controlables, las afecciones graves, como las infecciones o el glaucoma, requieren tratamiento inmediato para proteger la visión y la salud ocular a largo plazo.

Las condiciones que irritan la parte sensible del párpado interno o del globo ocular pueden ocasionar un dolor agudo en el ojo. Tales problemas suelen incluir:

  • Abrasiones corneales: Los lentes de contacto u objetos extraños pueden rayar o raspar el epitelio, la capa externa de la córnea. Esto puede exponer las terminaciones nerviosas de la córnea, volviéndola muy sensible.
  • Ojo seco: El ojo seco se produce cuando los ojos no producen suficientes lágrimas para mantener la humedad. Esto suele ocurrir debido a ciertas enfermedades, sequedad ocular, uso de lentes de contacto o ciertos medicamentos.
  • Uveítis anterior: Causada por la inflamación del iris (la zona con color del ojo), la uveítis suele estar relacionada con una lesión, una enfermedad autoinmune o una infección.
  • Glaucoma: Esta afección se produce cuando se acumula líquido en la parte frontal del ojo. Esto crea presión que puede dañar el nervio óptico.

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El tratamiento para la irritación ocular depende de la causa. Este puede incluir:

  • Un parche ocular sobre el ojo afectado para promover la cicatrización de una abrasión corneal.
  • Lágrimas artificiales para aumentar la humedad, reducida por la sequedad ocular o la abrasión corneal.
  • Gotas oftálmicas con esteroides o dilatadores, especialmente para la uveítis anterior.
  • Gotas oftálmicas recetadas para reducir la presión ocular perjudicial que se produce en el glaucoma.
  • Tratamiento láser o cirugía para drenar el líquido y reducir la presión ocular en el glaucoma.

 

Fuente: Very Well Health