Una vez que un cálculo renal sale de tu cuerpo a través de la orina, el dolor tiende a desaparecer. Sin embargo, algunas personas experimentan un dolor constante. Hay algunas razones por las que esto podría suceder:
- Dolor residual. El dolor y la incomodidad general pueden deberse a la irritación o inflamación leve causada por el cálculo al pasar. Si este es el caso, dichos síntomas deberían desaparecer en unos pocos días.
- Otro cálculo renal. Incluso si te hicieron una tomografía computarizada que identificó solo un cálculo, a veces los escaneos pueden pasar por alto un segundo cálculo más pequeño.
Y una vez que has tenido un cálculo renal, corres el riesgo de desarrollar otro. De hecho, las personas que han tenido un cálculo poseen alrededor de un 50 por ciento de posibilidades de formar otro dentro de los siguientes 5 años.
- Obstrucción. El dolor después de haber expulsado un cálculo renal podría deberse al estrechamiento del uréter. Esto podría estar relacionado con una acumulación de tejido cicatricial o inflamación causada por el cálculo renal a medida que pasaba. También podría haber un segundo cálculo bloqueando el uréter.
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De cualquier forma, significa que tendrás problemas para orinar. Conforme la orina retrocede, puede ocasionar daño a los riñones. Otros signos de obstrucción incluyen:
- Dolor que se irradia a la parte inferior del abdomen y la ingle, que varía en intensidad
- Sensación de ardor al orinar
- Orina rosada, roja, café, turbia o con mal olor
- Náuseas y vómitos
- Fiebre y escalofríos
- Hinchazón en las piernas
- Estreñimiento. Es posible que un médico te haya recetado analgésicos opioides para el dolor. Uno de los efectos secundarios de estos medicamentos es el estreñimiento inducido por los opioides, el cual puede provocar dolor e hinchazón abdominal. Asegúrate de no tomar más de los que necesitas.
Fuente: Healthline