El tratamiento de los trastornos mentales debe ser integral y abarcar diversos niveles. Se tienen que tomar en cuenta distintos aspectos como el tratamiento médico, farmacológico, terapias psicosociales y apoyo familiar. El objetivo debe ser que el paciente que sufre este tipo de padecimientos cuente con el tratamiento existente más adecuado a sus necesidades y que tenga el apoyo necesario para poder vivir de manera funcional y con el mayor grado de autonomía posible.

El aspecto farmacológico consiste en la medicación que busca atacar directamente los síntomas de la enfermedad y prevenir recaídas.

El tratamiento farmacológico debe ser indicado por un especialista (en este caso psiquiatra) y llevado de manera puntual, sin que se abandone ni se modifique si no es por prescripción médica. Un buen porcentaje de los fármacos utilizados dentro del tratamiento tienen efectos secundarios que pueden provocar en el paciente el deseo de abandonar; entre los más comunes están alteraciones del sueño, somnolencia excesiva, dificultad para concentrarse, disfunción sexual, entre otros. Por esta razón es importante tener una estrecha comunicación con el psiquiatra y hablar con él cuando se cree necesario realizar cambios en las dosis y tipos de medicamentos, para evitar así posibles deserciones.

El aspecto de la rehabilitación psicosocial es una parte compleja del tratamiento, ésta tiene que ser individualizada y busca tocar todas las esferas en las que la persona se ha visto afectada por la enfermedad. El objetivo es, básicamente, recuperar las aptitudes y habilidades sociales del paciente; lograr esto requiere de la adopción de mecanismos que le permitan afrontar y manejar el estrés, así como una reestructuración cognitiva y terapia ocupacional.

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En este sentido, la psicoterapia es una herramienta que puede ayudar al paciente a tomar conciencia de su enfermedad y, por consiguiente, aprender a convivir con ella y enfrentar las posibles crisis. Ésta incluye tratamientos que involucran el diálogo entre terapeuta y paciente o diálogo grupal regulado por un terapeuta.

El apoyo de la familia del paciente es decisivo dentro del tratamiento. Ésta debe estar involucrada y en algunos casos se requiere de sesiones grupales informativas para dar herramientas de diagnóstico, medicación y factores relacionados con el padecimiento del familiar.