i-comer-sin-hambreEl alimento le aporta al organismo la energía que necesita para funcionar; no obstante, con frecuencia, las personas comen no porque tengan hambre, sino porque se aburren y parecen no tener nada mejor que hacer.

Y es que para mucha gente cambiar este tipo de hábitos puede ser muy difícil, pues quizás se han tenido por tanto tiempo que no parece evidente que son malsanos o se han convertido parte de la vida cotidiana, por lo que no se piensa demasiado en ellos.

No obstante, existen algunas recomendaciones para evitar comer por razones que no son propiamente tener hambre.

En primera instancia es importante que te asegures de que recibes tres alimentos al día. Es posible que termines comiendo de más en algún momento si te saltaste una comida antes.

Si es común que comas demasiado de ciertos productos, como helado, dulces o papas, procura no tenerlos en tu casa.

Escribe una lista de cosas que puedes hacer en lugar de comer; puedes probar haciendo 15 minutos de ejercicio o llamando a un amigo para platicar. Asimismo, puedes intentar limpiar algún espacio de la casa o realizar trabajos en tu jardín.

Pon atención a las sensaciones de hambre y conoce la diferencia entre comer por hambre física y comer por costumbre.

Piensa en qué cosas en tu entorno desencadenan que comas cuándo no tienes hambre.

En este sentido, puedes llevar un diario durante una semana que te ayude a entender tus hábitos; en él debes apuntar lo que comes, en qué cantidad y a qué hora. Incluye notas acerca de lo que estabas haciendo y como te sentías, por ejemplo, tal vez estabas aburrido en la oficina, lo que te llevó a comer un refrigerio para levantarte y caminar. Al final de la semana revisa tus hábitos y decide cuáles debes cambiar.

Empieza enfocándote en uno o dos desencadenantes que ocurrieron con mayor frecuencia y piensa qué puedes hacer para evitarlos.

Vía: MedlinePlus, HealthDay News