El propósito de un almuerzo adecuado para los niños y los adolescentes es abastecerlos de las vitaminas, minerales, proteínas, energía e hidratación que requieren para un buen desempeño.
Y es que el tiempo que transcurre entre el desayuno y la comida es muy largo, razón por la que requieren alimentos que les brinden energía al cerebro y al cuerpo; tanto para las funciones cognitivas como para su desarrollo físico.
Por ello, para que los niños y adolescentes tengan un buen rendimiento escolar, un refrigerio de calidad hecho en casa es fundamental.
En él deben incluirse verduras, frutas de temporadas, un alimento preparado con bajo contenido en grasa, un cereal de grano entero o integral y agua simple, en porciones adecuadas a la talla, edad y actividad que realiza cada niño o adolescente.
En este sentido, un refrigerio escolar ideal es el que contiene una porción de fruta –como una manzana o una pera mediana o, bien, media taza de otra fruta picada–, 100 gramos de verdura, una rebanada de pan con queso, jamón de pavo o atún y agua simple.
Asimismo, es importante evitar el consumo de azúcares en jugos o refrescos.
Cuando a los niños y adolescentes se les permite seleccionar las piezas de fruta y verduras, así como otros alimentos que integrarán su almuerzo semanal, generan su propia dieta y desarrollan hábitos saludables.
Vía: IMSS
