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HipnosisDe acuerdo con Benjamín Domínguez Trejo, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, el uso de la hipnosis ayudaría a controlar el dolor provocado por el cáncer de mama, neuropatías diabéticas, quemaduras graves, molestias durante una endoscopía e incluso ingresar a cirugía sin anestesia.

La evidencia generada en los últimos tres lustros es sólida, según el investigador, y demostró la capacidad para producir analgesia sin recurrir a fármacos. El área de investigación encargada del estudio explora el uso de la hipnosis en temas de salud desde hace 25 años, en colaboración con la Clínica del Dolor del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

Según Domínguez Trejo, “El uso de técnicas farmacológicas siempre tendrá efectos colaterales; entonces, si un paciente ingiere opioides sintéticos desaparecerá el dolor, pero la sedación alterará la capacidad para tomar decisiones y provocará adormilamiento y constipación”.

Por ello, explicó, con la analgesia hipnótica las personas se recuperan de manera rápida, pues no deben esperar para desechar residuos medicinales y mitigarán su dolor sin efectos secundarios.

Aunque advierte que: “Esta técnica no funciona igual para cualquiera, es como el oído musical, no todos tenemos esa sensibilidad. Sólo el 30% de las personas puede beneficiarse con la hipnosis, una quinta parte podría hacerlo (requerirá capacitación) y el resto necesitará fármacos”.

Para saber quién es proclive a la hipnosis se aplica una prueba de visualización, la cual consiste en pedirle al paciente que cierre sus ojos, extienda los brazos al frente e intente imaginarse con libros en una mano y con globos en la otra. El diagnóstico se mide según la separación de las extremidades. Si una pesa y la otra se eleva, al tiempo que los músculos se relajan, situación que se logra con fármacos, el individuo es susceptible.

Benjamín explicó que al presentarse una lesión física el cuerpo reacciona y envía un estímulo al cordón espinal, conectado al encéfalo, que a su vez controla el sistema nervioso. “Sólo el 10% de estos detonadores de reacción llega a la conciencia porque, además de sus muchas defensas, el cerebro produce opioides o endorfinas para moderar el dolor o bloquearlo”, detalló.

“Así, algunas personas sufren mucho y otras poco o nada, por ejemplo, una madre que recién dio a luz puede tener una lesión grave con hemorragia, pero dice sentirse feliz”, agregó.

En las últimas tres décadas se desarrollaron varios tipos de analgésicos, algunos poderosos, pero con un costo elevado, por lo que las técnicas no lineales también pueden modular estos cambios a través de la analgesia hipnótica. Después del tratamiento, cada paciente se monitoreó para analizar la duración de su respuesta. “A cinco años de distancia, aquellos susceptibles al 100% a la hipnosis siguen sin padecer dolor”, afirmó el investigador.

 

Vía: DGCS UNAM