i-cuidado-corazonEl cuidado del corazón es un problema de la humanidad y no sólo del individuo y constituye el mayor reto de las enfermedades cardiovasculares.

Así lo explica el artículo El cuidado humanitario del corazón. En ocasión de celebrarse el Día Mundial de Corazón: «Trabajo con el Corazón», en el cual se destaca, el punto de vista holístico o integral, el cual proporciona un marco perfecto para observar como algo nuevo el cuidado humanitario que abarca los procedimientos cardiovasculares, los factores de riesgo, los requisitos para la salud, el bienestar y los cuidados de vida.

Y es que, según puntualiza el artículo, el cuidado humanitario tiene un valor jerárquicamente superior a los cuidados individuales que se aplican a los pacientes. Por ello, se percibe la necesidad de apreciar críticamente los problemas y sus posibles soluciones, hace falta un enfoque global para ver relaciones, vínculos y conexiones con el entorno y, de esta manera, encontrar el común denominador, orientado a la protección contra las enfermedades cardiovasculares y los factores condicionantes.

En este sentido, el cuidado humanitario del corazón es la idea de un modelo unitario. Concilia la teoría y la práctica en bien de la prevención cardiovascular y la salud. Integrado en la relación del Agente de Salud-Paciente es más universal y congruente con el proceso de cambio. Su integración puede descubrir soluciones concretas y ser la llave maestra para compaginar las ciencias sociales, políticas y económicas, con la participación de la ciencia y la tecnología, en apoyo a la preparación cultural.

La cardiología preventiva es el complemento necesario de las medidas preventivas generales y esto es lo que queda envuelto en el «cuidado humanitario del corazón».

De esta manera, el enfoque unitario ayuda a apreciar mejor el problema de fondo en el mundo.

Lo humanitario es un tema que vincula la salud del corazón y la conducta individual, en unión común con la voluntad. Es necesario porque los indicadores del daño a la salud, revelan tasas elevadas de mortalidad, morbilidad e incapacidad, y se les responsabiliza del deterioro nacional y global.

El avance científico y tecnológico, rápido y significativo del siglo pasado logrado gracias a un impulso armonioso y universal, contribuyó a que se desarrollaron procedimientos específicos para intervenir, prevenir, aliviar y rehabilitar a gran variedad enfermedades y sus diversas etapas evolutivas. Desde entonces, se han multiplicado, refinado, renovado y hoy alcanzan un sorprendente grado de perfección. Sin embargo, requieren del acopio de recursos humanos, con alto grado de adiestramiento y capacitación.

En la población, los avances tampoco han conseguido abatir significativamente los indicadores. El mérito de mejorar la esperanza de vida se diluye ante la desigual reinante.

En apoyo a la idea unitaria y fomentar un desarrollo de conciencia en el individuo o la población y así para ver el punto de convergencia de los cuidados de la salud, es pertinente asumir que el cuidado humanitario es un nuevo conocimiento y para conocerlo, conviene seguir el esquema metodológico de la lógica tradicional, sus principios, medio y fines.

Según los principios. Los cuidados del corazón engloban a los cuidados generales de salud. Los principios que reclama este tema son: reduccionismo, que facilita llegar al conocimiento especializado; pero tiende a perder en extensión, y con ello disminuye la sensibilidad a los valores universales. En cambio, multidisciplinariedad, gana en extensión y permite el aprecio de los valores universales, no pierde su orientación alineada hacia los fines humanitarios. En ello también va de por medio el principio de orientación, por su trascendencia en los momentos decisivos de la investigación; de igual forma, otro principio imprescindible es el de causalidad, por su relación con la validez del conocimiento científico. Consecuentemente, el planteamiento unitario ha de consumar el concilio de sus principios: la visión holística, la comprensiva, orientadora y la de validez causal.

Según los medios, se agrupan en los cuidados para conservar la salud –curar, cuidar, medicar, atender y asistir– que son el producto de la actuación de quienes los desempeñan. Por otro lado, se encuentran los actores, quienes interactúan en el cuidado, son quien lo demanda y quien se dispone a darlo. Además están los escenarios, las consideraciones ideales, necesitan tomar en cuenta las realidades con sus tropiezos.

El cuidado integral se transforma gradualmente de un cuidado personal a trabajo en equipo. El trabajo en equipo, mantiene su dimensión ontológica, un proceso de relación recíproca, de confianza y afectividad de uno con otro ser humano «una confianza frente a una conciencia». Requiere de personas respetuosas consigo mismas y con la naturaleza, pues las acciones individuales no dejan de afectar al Ecosistema, exige respeto a la naturaleza por ser la fuente de la vida.

El fin de los cuidados es brindar salud y bienestar, conceptos que van juntos y se complementan.

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Vía: www.academica.mx