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frutas uva naranjaLa revista científica Diabetes recién publicó un trabajo en donde investigadores de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, revelaron que dos frutas – la uva roja y la naranja – ayudarían a reducir los niveles de glucosa en sangre, potenciar la actividad de la insulina y mejorar la salud de las arterias. ¿Cómo? Pues gracias a que hallaron dos compuestos – uno en la naranja y otro en la uva – que trabajan juntos para lograr estos beneficios, por lo que podrían aprovecharse como un prometedor nuevo tratamiento contra la obesidad, la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular.

Tan solo en Estados Unidos, la obesidad afecta a más de un tercio de los adultos, aumentando su riesgo de enfermedades del corazón, diabetes tipo 2, derrame cerebral y algunas formas de cáncer.

Al mismo tiempo, las enfermedades cardiovasculares (ECV) – término usado para describir las enfermedades de los vasos sanguíneos y del corazón – son responsables de alrededor de 1 de cada 3 muertes en el país norteamericano, mientras que la diabetes afecta a alrededor del 9.3 por ciento de los estadounidenses.

Tales estadísticas demuestran la necesidad de estrategias de tratamiento más eficaces para estas condiciones.

Por ello, el líder del estudio Paul Thornalley, profesor de biología de sistemas en Warwick, junto con sus colegas, sugiere que las uvas rojas y las naranjas pueden allanar el camino para este tipo de tratamientos.

Para su estudio, el equipo investigó los efectos de un compuesto llamado trans-resveratrol (tRES), que se encuentra en las uvas rojas, y un compuesto que se encuentra en las naranjas denominado hesperetina (HESP).

Tras combinar los compuestos en un cultivo celular, los investigadores descubrieron que aumentaba la actividad de la glioxalasa 1 (Glo1) – una enzima que neutraliza un compuesto de nombre metilglioxal (MG), el cual juega un papel clave en los efectos nocivos del azúcar en el cuerpo. Tener altos niveles de MG y llevar una dieta alta en calorías desemboca en resistencia a la insulina, lo que puede conducir a diabetes tipo 2. También daña los vasos sanguíneos y puede dar lugar a niveles altos de colesterol – un factor de riesgo para las ECV.

Con ello, el equipo planteó la hipótesis de que bloquear MG al aumentar la expresión de Glo1 podría revertir tales efectos.

«La obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares se encuentran en niveles de epidemia en los países occidentales. La deficiencia de Glo1 ha sido identificada como un conductor de problemas de salud en la obesidad, la diabetes y la enfermedad cardiovascular», señaló el profesor Thornalley.

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A continuación, el equipo probó la combinación de tRES-HESP en 32 adultos de entre 18 y 80 años de edad, que tenían un índice de masa corporal (IMC) de 25-40, cayendo en las categorías de sobrepeso u obesidad.

Durante el estudio, los participantes tomaron a diario una combinación de productos de fruta en forma de suplemento durante 8 semanas. Después, se les pidió continuar con su dieta habitual y no a aumentar la actividad física, lo que permitió a los investigadores obtener una imagen más precisa de los efectos de los suplementos.

Se tomaron muestras de sangre de los participantes regularmente, durante el periodo de 8 semanas, y se analizaron para niveles de azúcar y otros marcadores en sangre. La salud de las arterias de los participantes se evaluó midiendo la flexibilidad de la pared de la arteria.

Los investigadores encontraron que en los participantes con un IMC de más de 27.5 aumentó la actividad de Glo1 con el suplemento diario, con lo que se redujeron los niveles de insulina, mejoró la actividad de dicha hormona y de la función de las arterias, y disminuyó la inflamación de los vasos sanguíneos.

Los sujetos que recibieron un placebo no mostraron tales efectos, aseguraron los expertos.

Thornalley y su equipo señalan que las dosis de tRES y HESP utilizadas en el estudio son demasiado altas como para alcanzarlas con solo consumir las frutas.

Sin embargo, esperan que sus hallazgos alenten a las compañías farmacéuticas a crear un fármaco que aproveche los compuestos, lo que permitiría diseñar un nuevo tratamiento para la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

 

Vía: Medical News Today