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comida horarios-IUn nuevo estudio podría ayudar a explicar porque la tolerancia a la glucosa es menor en la comida que en el desayuno en la gente sana y explica además porque las personas con horarios de trabajo irregulares están en riesgo de padecer diabetes.

En un estudio a 14 personas sanas liderado por el Hospital de la Mujer de Brighman dependiente de la Universidad de Harvard se midieron los hábitos de los sujetos (horas de comida, ciclo del sueño, entre otros), “el reloj interno” del cuerpo y la forma en la que interactúan estos factores en la capacidad de las personas para controlar sus niveles de azúcar en la sangre.

Los participantes toaron parte en dos protocolos, en el primero los participantes tuvieron su desayuno a las 8 de la mañana y la última comida del día a las ocho de la noche y durmieron durante la noche. Mientras que el segundo grupo tuvo un desayuno a las 8 de la noche y la última comida a las 8 de la mañana y durmieron durante el día.

El equipo de investigadores midió los niveles de insulina y glucosa 10 minutos después de terminada cada comida y una hora después de quedarse dormidos y despertar.

Frank Scheer, neurocientífico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y autor del estudio apuntó que esta investigación pone de manifiesto que es importante lo que si come, pero también es importante cuándo comer ya que esto último tiene influencias en la forma en la que se regula el azúcar en la sangre y por tanto tiene consecuencias importantes en la salud.

Los investigadores encontraron que los niveles de glucosa después de comidas idénticas fueron 17 por ciento más altos en la tarde que en la noche, independientemente de cuando el participante comiera o durmiera. Los investigadores encontraron que los horarios irregulares de trabajo reducían el nivel de tolerancia a la glucosa.

Los investigadores piensan que este nuevo estudio podría servir para desarrollar nuevas estrategias para mejorar los niveles de glucosa en la gente que tiene horarios tanto regulares como irregulares de trabajo, por medio de considerar los roles que pueden jugar una sana nutrición y el ejercicio.

 

Vía: Universidad de Harvard