La mortalidad por cáncer se puede reducir si los casos se detectan y tratan a tiempo.

De acuerdo a la OMS, existen dos estrategias fundamentales en este tema: el diagnóstico temprano, que consiste en conocer los signos y síntomas iniciales para facilitar el diagnóstico; y el cribado, que consiste en la aplicación sistemática de una prueba entre la población asintomática para descubrir anomalías indicativas de un cáncer determinado.

Una vez diagnosticado el cáncer existen distintos tipos de tratamiento dependiendo del caso, las cuales en ocasiones se utilizan de manera combinada:

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Cirugía. Una operación para extirpar el tumor es el tratamiento principal para muchos tipos de cáncer. La cirugía es más probable que se utilice si el cáncer sólo se encuentra en un área del cuerpo y no se ha propagado. A veces puede ser utilizada para eliminar un cáncer que se ha propagado a otra área del cuerpo, pero esto es menos común.

Radioterapia. La radioterapia utiliza alta energía de rayos X para destruir las células cancerosas. La radiación se dirige a la zona afectada por el cáncer para que haga el menor daño posible a las células normales. Uno de los efectos secundarios más comunes es el cansancio. Otros efectos secundarios dependen de la parte del cuerpo que está siendo tratada.

Quimioterapia. La quimioterapia utiliza fármacos antineoplásicos (citotóxicos) para destruir las células cancerosas. Hay más de 50 fármacos de quimioterapia diferentes. A veces el tratamiento es con un solo fármaco de quimioterapia, pero a menudo dos o más medicamentos se administran juntos. Esto se conoce como la quimioterapia de combinación. El tipo de tratamiento de quimioterapia que prescriban depende del tipo de cáncer que se padece. La quimioterapia puede causar varios efectos secundarios dependiendo de qué medicamento (o combinación de principios activos) se utilice. Sin embargo, hay muchas maneras de prevenir o reducir los efectos secundarios de la quimioterapia.

La terapia hormonal. Las hormonas son sustancias naturales producidas por el cuerpo que controlan el crecimiento y la actividad de ciertas células. Algunos cánceres dependen de hormonas particulares para crecer. Las terapias hormonales reducen los niveles de estas hormonas en el cuerpo o bloquean las hormonas para que estas lleguen a las células cancerosas. Esto reduce el cáncer y detiene su crecimiento.

La terapia biológica. Las terapias biológicas funcionan de diversas maneras para destruir las células cancerosas. Se puede:

  • Estimular las defensas del organismo (sistema inmunológico) para atacar el cáncer.
  • Interferir la capacidad del cáncer para crecer.
  • Detener el suministro de sangre de un tumor para que no pueda obtener el oxígeno y los nutrientes que necesita para crecer.
  • Algunas terapias realizan solamente alguna de estas acciones, otras combinan dos o más de estos métodos para atacar al cáncer.

Las terapias biológicas pueden tener diferentes nombres de acuerdo a cómo funcionan. Algunos de los principales tipos de terapias biológicas utilizadas para tratar el cáncer son anticuerpos monoclonales, inhibidores del crecimiento del cáncer y los inhibidores de la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de los ya preexistentes). La investigación está tratando de descubrir si otros tipos de terapia biológica, tales como vacunas y terapia génica se pueden utilizar para tratar el cáncer. Este tipo de investigación se encuentra aún en las primeras etapas de desarrollo.